lunes, noviembre 23, 2009

Se exportan las marcas, ¿el concepto también?

Esto es algo curioso: ¿quién compra en un JC Penney en Estados Unidos? ¿Y en México? De aquel lado de la frontera no pasa de una familia de clase media baja -me incluyo- que suele ir a comprar suéteres cuando están en rebaja... o las playeras oficiales de los Texas Longhorns. Pero, ¿y acá? Si acostumbras comprar en Liverpool, Sears (ahorita toco ese tema) o similares es probable que tengas algo JC Penney en tu clóset, de otro modo dudo que puedas affordearlo -o sea, costearlo. Por cierto, JC Penney en México ya es territorio de Slim -qué raro.
Vamos con Sears. De nuevo tenemos el caso de que un vil quasi Wal-Mart -ok, ok, admito que tiene el mismo nivel que un Macy's o un Dillard's- pasa a ser una de esas tiendas en las que, si tienes un Chevy, Tsuru o sus equivalentes, mejor ni entras porque los precios son ridículos a pesar de que la calidad es la misma (o menor) que en el país de origen, donde podrías conseguir un lindo vestido por $50 USD que acá llegaría por lo menos en $1200 MN.
Pero ¿por qué lo hacen? Evidentemente, porque hay quien pague.
Ahora bien, un caso aparte es el de Pizza Hut. Aquí los consideraríamos un sustituto perfecto de Domino's, y lo mismo creí hasta que a la orilla de alguna carretera texana entré en un local medio en penumbra, tipo chocita de madera, pintado de verde y con área de maquinitas de juegos(toda una old school pizzeria) donde la pizza tardó tres horas y no treinta minutos en llegar... pero con sabor a familia. Qué diferencia de la masa corriosa rellena de queso a la que estamos taaan acostumbrados.

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